UGT V2 presente en la manifestación de Madrid contra la ley del aborto de Gallardón
El pasado sábado 1 de febrero los miembros de UGT en V2 acudimos a la manifestación contra la modificación de la ley del aborto, junto con las decenas de miles de mujeres y hombres que no estamos dispuestos a ver como la igualdad de oportunidades de mujeres y hombres retrocede medio siglo. Estuvimos en una manifestación multitudinaria donde mostramos nuestro más rotundo rechazo a la reforma de la ley del aborto que prepara el gobierno de Mariano Rajoy. El sábado pudimos comprobar como una enorme “marea violeta” se sumó a la convocatoria del “Tren de la Libertad”, al tren que defiende los derechos, la dignidad y la libertad de las mujeres. Al final del recorrido se entregó en el Congreso de los Diputados un escrito «Porque yo decido» a favor de que se mantenga la ley actual. La reforma de la actual Ley Orgánica 2/2010 de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo, que propone el Gobierno del PP, con el Ministro Gallardón a la cabeza, supone un retroceso de casi treinta años en los derechos de las mujeres, con supuestos mucho más restrictivos que la anterior ley de supuestos. Para la UGT resulta imprescindible que se mantengan plenamente vigentes los contenidos de la Ley, en los mismos términos en que fue aprobada en 2010, ya que su modificación supondría un paso atrás en el derecho de las mujeres a decidir. La reforma aprobada supone la vuelta al oscurantismo de la mayor parte de las interrupciones voluntarias de embarazo, una situación en la que se pone en riesgo la vida y la integridad de las mujeres, al tiempo que se condena a la clandestinidad la labor de los profesionales que hoy realizan legalmente estas intervenciones. Como siempre que se prohíbe el aborto lo que desgraciadamente ocurrirá es que la mortalidad por abortos clandestinos realizados en condiciones inseguras e infrahumanas se disparará, ya que el dinero para abortar en el extranjero lo tendrán muy pocas. Ni las mujeres en desempleo, ni los millones de mujeres que aun teniendo un empleo, su salario es tan precario que no podrán reunir el dinero necesario para ir al extranjero.
En el siglo XXI, no se puede consentir un ataque tan directo contra los derechos, contra la libertad de las mujeres, mucho menos aún, cuando todavía vivimos en una sociedad donde las cargas familiares recaen casi absolutamente sobre las mujeres, donde la falta de corresponsabilidad y las dificultades para conciliar vida personal, familiar y laboral, sigue contribuyendo a perpetuar la discriminación laboral y salarial de las mujeres, una sociedad donde las cargas familiares siguen constituyendo una de las principales barreras para el acceso al trabajo y el desarrollo profesional. En una sociedad libre y democrática, como debería ser la nuestra, no podemos permitir privar a las mujeres de su derecho a decidir sobre cómo, cuándo y con quién ser madres.